lunes, 3 de noviembre de 2008

Los vampiros amenazan a Potter

La historia de amor entre un vampiro y una adolescente se convirtió en un éxito editorial, y busca arrasar en taquilla estas Navidades.


Edward Cullen es un adolescente que lo tiene todo: es guapo, alto, inteligente e increíblemente fuerte. Sólo tiene un defecto, y es que es un vampiro. Hace cuatro años salía a la venta en Estados Unidos una novela juvenil que, con un coprotagonista como el irresistible Edward y al estilo de las grandes tragedias de amor, lograba encandilar a millones de quinceañeras, y, en cuestión de meses, se convertía en un fenómeno de masas.

«Crepúsculo» era sólo el primer libro de una exitosa saga escrita por Stephenie Meyer, a la que ya han apodado «la J.K. Rowling norteamericana». El 3 de diciembre se estrenará la película basada en la historia de amor de Bella, una joven de diecisiete años que se enamora de un vampiro. «Es una historia de amor apasionante, trágica, peligrosa y terrible», asegura Catherine Hardwicke, directora del filme, «y en cuanto la leí, quise formar parte de ella». Desde que se conoció la noticia de que se haría una película de «Crepúsculo», Bella Swam, Edwrad Cullen y el malvado James se convirtieron en los papeles más apetecibles y potencialmente catalizadores al estrellato para los miles de jóvenes actores de Hollywood.



Huir de cursilerías

Kristen Stewart fue la elegida para encarnar a la protagonista, Bella, un personaje que para la actriz «supuso todo un reto en muchos sentidos». A pesar de sus recién cumplidos 18 años, Stewart tiene ya mucha experiencia en el mundo del cine. Ha trabajado a las órdenes de Sean Penn en «Hacia rutas salvajes» y junto a Jodie Foster en «La habitación del pánico», además de haber hecho, cómo son las cosas, una pequeña intervención en «Harry Potter y el cáliz de fuego». Sin embargo, ha sido ésta «uno de las mejores experiencias que he tenido. Por un lado, porque se trata de una historia increíble y cautivadora y, por otro, porque hemos conseguido evitar que fuera una película cursi, algo que me preocupaba». Por su parte, Cam Gigande, desde que leyó el libro, quiso hacerse con el papel del villano, James. «La novela me encantó, y supe que quería formar parte del reparto como fuera», asegura el actor. Stephenie Meyer estuvo implicada en cada una de las fases de producción: «Leyó el guión, vino varias veces al rodaje y está encantada con el resultado», explica la realizadora. Las comparaciones con Harry Potter son inevitables y, ya incluso antes de su estreno en Estados Unidos, se hablaba de «Crepúsculo» como la saga que tomará el relevo del pequeño mago inglés, pero Hardwicke asegura que «entre las dos cintas hay grandes diferencias: "Harry Potter" es fantasía, efectos especiales y grandes presupuestos. "Crepúsculo" es, sobre todo, una película de personajes, seria y muy romántica».

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